La hierba es muy rica en vitaminas, en minerales, pero de débil valor nutritivo. Además posee una gran irregularidad sobre el plano nutritivo: de de por las temporadas, los suelos, etc. La hierba más alimenticia es la hierba joven, en primavera sobre todo, a partir del momento en que hay formación de los botones florales.
La muy joven hierba de primavera provoca pesadez del estómago porque es rica en agua y falta de sustancia fibrosa, lo que puede ocasionar diarreas de hierba. Es también es rica en nitrógeno y fósforo, bien provista de glúcidos, tiene demasiado potasio y en cambio carece de magnesio y de sodio.
Hay que pues desconfiar de los excesos de nitrógeno que pueden favorecer una sudación y irritaciones de la piel.
Excepto si el caballo pasta durante todo el año, nunca hay que dejar suelto a un caballo en primavera en el pasto porque nos arriesgamos a que tenga cólicos. Un caballo acostumbrado a la cuadra debe ser puesto en la hierba sólo muy progresivamente.
El valor alimenticio de esta hierba depende por supuesto, de la calidad del pasto. Un buen prado, en el período de pasto, puede cubrir las necesidades de caballos sometidos éstos a un trabajo ligero o medio. Pero hay que complementar con sal (piedra), calcio y fósforo.
Caballos pastando. Alimentación de los caballos
En verano, en la temporada caliente, la hierba envejece y pierde su valor. Por eso los caballos en general la abandonan. En cambio, en otoño, con la lluvia, la hierba brota de nuevo.
La hierba cortada
Podemos dar a los caballos hierba fresca cortada. Es más recomendable dar sólo la mitad de la ración de forraje en hierba y dar esta hierba antes de las raciones, porque la hierba transita rápidamente. Si se da la hierba cortada después una ración de heno, el caballo tendrá gases.
Es imposible controlar o apreciar exactamente la cantidad y la calidad de absorción de la hierba en pasto, a menos que se hagan pesajes frecuentes.
Fuente: anipedia.net